martes, 26 de octubre de 2010

ENCUENTRO CON EL OTRO de Ryszard Kapuściński

Uno de los principales problemas de las sociedades y sus interrelaciones ha sido el entender al otro como individuo o colectividad. Esta problemática nace desde la auto-construcción de cada individuo, porque al entender lo que es uno se vuelve necesario entender, o al menos definir, lo que es el otro.

El texto señala dos fenómenos importantes en la conformación de la sociedad contemporánea y en su creciente ostracismo, el surgimiento del fascismo y el comunismo, como sistemas sociales que anulan al individuo mientras lo someten a una colectividad, pero me parece criticable que no se señale también a la globalización como un proceso de uniformización cultural. Es desde estos sistemas que se conocen términos como “de masas” o “masivo”, que señalan como único existente a la multitud, carente de identidad y de rostro, de ahí que el ser busque desesperadamente identificarse como un hombre concreto y único con tal emoción que se aleje de la masa. Pero el problema que surge es que una de las principales herramientas de la identificación es el diálogo, como resultado el ser se concretiza como sujeto, pero convierte en objeto al otro que también es sujeto.

Según Kapuściński son tres los elementos que aumentan la barrera entre el sujeto y el otro sujeto objetivado, el color de la piel, los nacionalismos y la religión, con esto el otro se vuelve extraño y además peligroso. En esta cosmovisión de la vida juega un rol muy importante el eurocentrismo, porque el otro peor tratado (discriminado, aislado) es el tercermundista que no es entendido por el hombre blanco europeo y culto como un compañero de mundo sino como un objeto de investigación.

TERNURA de Jhon Polson


Jhon explica la concepción de su esposa sobre las personas: existen dos tipos, los que escogen el placer y los que huyen del dolor; mientras Lorie se encuentra en una oficina de persianas cerradas, con el torso casi descubierto y con los ojos dudosos hacia un lado, en su rostro está dibujada una expresión de profundo asco, en frente de ella se encuentra un hombre sentado detrás de un escritorio… masturbándose.

En otra escena, Eric y Lorie están sentados en un bote que se mece en un pequeño lago, Eric rema y Lorie sumerge por un segundo sus dedos en el agua del lago, su reflejo en el agua se desdibuja y les quita los rostros, a pesar de los de los silencios poco pronunciados, Lorie está hablando; después de gritar que nada cambia se deja caer de espaldas hacia el lago, Eric intenta encontrarla en el agua, lo logra, aunque su piel se ve más pálida y no se siente su respiración; subido ya en el bote, la abraza y llora, al final la deja caer en el agua.

Jhon parte desde la necesidad social de existir para alguien o por. Su esposa se encuentra en un estado próximo al vegetal; y para empezar la historia la cita, hablando de dos palabras que buscan comprimir el asunto completo. Esto representa presencia a pesar de la ausencia, recuerdo e incluso añoranza, lo que me remite al título desde las palabras placer y dolor.

Paralelamente Lorie existe con asco lo que demuestra necesidad y vulnerabilidad. Al final Eric actúa movido por la emoción y por el dolor, pero sin alejarse de la realidad, por eso actúa desde el impredecible cálculo alrededor de la muerte de Lorie. La ternura resulta una construcción social de criticables bases, pero existente.

EL HOMBRE DEL TREN de Patrice Leconte

¿Quiénes son los protagonistas y qué es lo que representan?

Menesquier es un hombre viejo, que lleva el fenotipo de un europeo común: contextura delgada, cabello plata, tez clara, rostro arrugado y expresión cándida. Es una persona elocuente, de hecho su fuerte es la conversación. Es de hábitos pasivos, y a pesar de apreciarlos, con la llegada de Milan, se desbordan, desde sí, las expresiones de su deseo de cambiar de vida, por una más agitada, la de Milan. Menesquier representa al hastío de la vida estable, vida que lleva porque piensa (no irrevocablemente) que no tiene otra opción, condena de la decencia y la virtud, aburrimiento.

Milan es un adulto que se acerca a la vejez, un hombre corpulento cuyos rasgos son fuertes, híbridos de Europa y de Asia. Él, por el contrario, es una persona silenciosa y pensativa, ácido en sus respuestas, ladrón de experiencia, que lleva una vida inestable. En la historia participará de su último golpe, al que piensa y repiensa, porque no está convencido de darlo. Al conocer a Menesquier, en Milan, nace una nueva curiosidad sobre la vida que podría llevar, tal como su anfitrión. Milan representa al agotamiento y al envejecimiento prematuro causado por una vida que no ha tenido freno, al deseo de parar para repensarse.

domingo, 7 de marzo de 2010

Desde "Bruna, Soroche y la tías"

Puedo decir que la ciudad a la que pertenezco me ha atado de manos y me ha arrojado por una de su millón de quebradas.

Quito vomita, quito se muere, no me teme, sólo teme a dios. Y estoy sola, como nací, siempre sola. Me marea, el quito de... me viola. No necesito gritar, ni llorar... solo finjo demencia. Esperemos unos mil años más para condensar las palabras y soltar los animos caídos.

domingo, 28 de febrero de 2010

La verdad

Me gusta llamarme Alicia desde que te conocí Gato de Cheshire